El neoliberalismo es un proceso enrevesado de transformación socio-espacial, ni unívocamente de “arriba hacia abajo” ni de “abajo hacia arriba”; se trata de un discurso donde se fusionan las dimensiones estructurales y agenciales.
El objetivo del artículo es analizar una política social implementada en Argentina desde 2009: el Programa Ingreso Social con Trabajo. Su indagación permite comprender cómo opera el discurso neoliberal en términos de sus efectos como en las transformaciones en la agencia de los actores sociales.
Siguiendo una perspectiva cualitativa, la hipótesis planteada es que aún con el discurso neoliberal, el PRIST se constituyó en una oportunidad para el reconocimiento de los trabajadores informales y para las organizaciones al permitirles reposicionarse como sus representantes.
El neoliberalismo atraviesa los diferentes ámbitos sin por esto aplastar la capacidad propositiva de los actores sociales. Las nuevas experiencias organizativas nos hablan acerca de cómo se construyen los vínculos entre neoliberalismo, política y ciudadanía.
El neoliberalismo adquirió una amplia polisemia, puede referir a un proyecto ideológico hegemónico, a un programa político, una forma estatal o un modo específico de gubernamentalidad (Springer, 2012).
Movimientos sociales usan dicha palabra como adjetivo de las políticas que pretenden revertir los derechos instaurados durante el Estado de Bienestar. Para algunos dirigentes políticos y jefes de Estado significa una barrera a partir de la cual buscan construir legitimidad para ellos y sus proyectos políticos.
Para la perspectiva de la geografía crítica y la economía política, el neoliberalismo implica un nuevo consenso que buscaba desmontar el Estado de bienestar a partir de la implementación de un conjunto de políticas ortodoxas, como disciplina fiscal, libre mercado y libre comercio, la privatización de los servicios públicos.
Ambas perspectivas acuerdan en que el neoliberalismo supone la expansión de la lógica de la mercantilización en todos los ámbitos de la vida político-económica implicando el desdibujamiento de la diferencia entre las racionalidades económica y política (de Lagasnerie, 2012)