A pesar de estas insuficiencias, los procesos de democratización latinoamericana han llegado a crear crisis en los mismos gobiernos; ya que muchos de los tradicionales vicios de la vida pública de la región resisten la transparencia y el escrutinio que alienta la democracia.
De allí la explicación del descalabro de jefes de Estado y sus familiares (Brasil, Guatemala y Argentina) pasando por ministros, funcionarios y capos del narcotráfico acusados de corrupción.
Las elites latinoamericanas se han sentido atemorizadas ante la prensa y la sociedad civil, que son los elementos claves para el camino de la democratización.
La educación para la democracia:
Educar para democracia, es ayudar a construir una nueva sociedad; es una actitud positiva que es capaz de transformar la humanidad.
Educar para la democracia es actuar en defensa de los débiles en la casa, en la escuela, en el barrio, colaborando así en una convivencia solidaria en donde se respetan los derechos de todos y no sólo de los que tienen el poder.
Es analizar la consecuencias del militarismo y la fuerza, buscando medios menos destructivos para la defensa de la sociedad civil.
El 20 de
febrero se celebra el Día Mundial de la Justicia Social establecido por
la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU). Para quienes, la
búsqueda de esa justicia, representa el núcleo de su misión.
Cada
día se hace necesaria ya que es un principio básico y un valor
fundamental para la convivencia pacífica y la evolución de las
sociedades.
¿Por qué es imprescindible la Justicia Social?
En toda sociedad democrática es necesario contar con sistemas que garanticen que las personas puedan ejercitar sus derechos, se desarrollen con dignidad y de esta manera las sociedades puedan avanzar y crecer.
La justicia social se caracteriza por ser uno de los valores más importantes en la sociedad, velando por el bien común y la convivencia armónica de la sociedad en que se vive.